17 ENERO – 1 MARZO 2014
El nombre de la exposición nace de la parábola bíblica de Las Vírgenes Sabias y las Locas y de como había que ser prudente y precavido para el encuentro divino. Carlos Rivero le da un viraje a esto explicando que para tener sabiduría es necesario haber sido imprudente, haberse perdido y haberse saltado las normas. “Solo a partir de ahí uno puede tomar conciencia de quién es, de cuál es su lugar en el mundo y de qué modo quiere habitarlo”
Rivero mostraba 18 piezas de cerámica esmaltadas en blanco y negro, siete dibujos de pastel sobre papel y la serie escapularios, de cerámica y fieltro.