Sala de Arte

Irene G. Barrera-IBID

La exposición cuenta con un total de 21 obras. Se trata de 18 piezas de joyería en fibra de junco y diferentes tipos de madera –balsa, iroko, nogal y sucupira–, con algunos elementos de plata y latón. A ellas se suman dos piezas pequeñas de joyería fundidas en bronce y una pieza en bronce, una “antijoya”, que la autora llama así debido a su tamaño, que es gigante desde el punto de vista de la joyería, pero no termina de funcionar como escultura, porque no lo es. Esta pieza enlaza con una práctica habitual de la joyería artística contemporánea, que aborda este formato para explorar los límites de lo que se puede definir como joya.

Ibid, en el mismo lugar “constituye una reflexión sobre la propia identidad, como artista, como canaria y también sobre el papel de la joyería como disciplina artística”, asegura la autora, quien continúa sus observaciones de esta manera: “La identidad es la circunstancia de ser una persona y no otra”, un significado que se completa con la acepción “lo mismo”, que procede de su origen en la palabra latina ídem.

La autora entiende la joyería “como un potenciador de la esencia de la persona, a un tiempo mensaje, amuleto y armadura”; en su obra, explora formas orgánicas “desde la intuición y la necesidad de trabajar con el gesto de la mano”. Le interesa lo que aún no está desarrollado o lo que no ha empezado a desmoronarse. Su especialización en el trabajo con junco y madera, además del uso de materiales sintéticos le permite experimentar a un tiempo con técnicas artesanales y contemporáneas