Sala de Arte

Menudencias II-La locura

Lo normal

Nada más lejos de esta iniciativa que tomarnos a la ligera la enfermedad mental. Vivimos un momento importante en este tiempo de toma de conciencia de la necesidad de considerar la enfermedad mental como algo natural, sin estigma. El estigma que surge de la vergüenza de ser tachado de loco, de estar fuera de la realidad, de no ser normal.

Se tacha de loco, de locura, todo lo que no sea normal, aceptado, acostumbrado, esperable.

Desde el mundo del arte lo anormal (lo singular, lo diferente) se ve como lo más normal del mundo, lo necesario, lo que nos da sentido, y es en este sinsentido en el que hemos querido encontrarnos con un precioso número de artistas que han querido reflexionar sobre la locura desde la plástica y desde la poesía.

Lo normal se impone como un yugo en el día a día. La norma dicta lo que es normal y castiga lo que está fuera de quicio. Con la presión de un corsé, la normalidad pretende unificar en un molde la infinita variedad de formas de ser y sentir del ser humano, uniformarnos el alma.

Lo normal está permitido por las leyes y por las costumbres. Lo extravagante puede ser subversivo, revolucionario. Las normas de hoy fueron locuras utópicas ayer.

En un tiempo como el que vivimos de cambio de paradigma, la locura es más necesaria que nunca. La norma, la costumbre, la tradición han dejado fuera del ámbito de lo permitido muchas conductas que consideran inadecuadas, extravagantes, peligrosas. En esos márgenes hay un caldo de cultivo en el que se maceran experiencias creativas, identitarias, sexuales, políticas… que pudieran incorporarse a los nuevos modelos de normalidad que salgan de este caos presente. Expulsando de paso al territorio de lo anormal totalitarismos, intolerancias y violencias varias.

Reescribir una nueva normalidad hasta que vuelva a ser insoportable.

La locura como territorio de los deseos inconfesados, donde se hacen realidad los sueños más disparatados, un espacio para perder el control, un mundo sin máscaras donde poder ser tú mismo, donde los límites y las normas sean el respeto a ti mismo y al otro, donde todos nos definamos por lo que nos hace diferentes, únicos e irrepetibles.

La práctica del arte y de la poesía es un constante poner en cuestión el sistema de referencias, es saltarse la norma para encontrar un nuevo escondite de luz, un paso sobre las arenas movedizas para hallar un nuevo camino, siempre saliendo por donde nadie espera, a tientas, asaltado por una locura transitoria, o no.

Bienvenidos a este jardín de locos.

Ventura Alemán.